12 de enero de 2011

prueba

Vika hirvió y aderezó una marmita con sullage, una sopa goreana
usual formada por tres ingredientes comunes y, según se afirma, todo lo que se quiera agregar después, exceptuando claro está, las piedras del camino.
La carne era un bistec, extraído de un bosko, un enorme y peludo bovino de cuernos largos, que forma grandes manadas en las llanuras de Gor. Vika coció la carne, gruesa como el antebrazo de un guerrero, sobre una pequeña parrilla de hierro, puesta sobre un fuego de cilindros de carbón.
Además del sullage y el bistec de Gor, estaba la inevitable hogaza chata y redonda del pan amarillo de Sa-Tarna. Completó la comida un puñado de uvas y un trago de agua servida del grifo de la pared.
Las uvas eran de color púrpura, y supongo que eran uvas Ta, cultivadas en los viñedos bajos de la isla de Cos, a unos cuatrocientos pasangs de Puerto Kar. Una sola vez las había probado antes, durante un festín ofrecido en mi honor por Lara, que era Tatrix de la ciudad de Tharna. Si en efecto eran las mismas uvas, tenían que haber viajado en galera de Cos a Puerto Kar, y de éste a la Feria de En´Kara. Puerto Kar y Cos son enemigos ancestrales, pero eso no impide un activo y provechoso contrabando. Aunque quizá no eran uvas Ta, pues Cos estaba muy lejos, y no era probable en vista de la distancia, que las frutas conservasen su frescura. Me extrañó que sólo hubiese agua para beber, y no me sirvieran las bebidas fermentadas de Gor, por ejemplo: Paga, vino Ka-la-na o Kal-da. Miré a Vika.
No se había preparado una porción para ella misma, y después de servirme se arrodilló en silencio a un costado, en la posición de una esclava.
Digamos, de paso, que en Gor las sillas tienen un significado especial, y no aparecen a menudo en las viviendas privadas. En general se las reserva para los personajes importantes, por ejemplo: los Administradores y los jueces.
El varón goreano cuando quiere estar cómodo, generalmente se sienta con las piernas cruzadas, y la mujer se arrodilla, y se sienta sobre los talones. La posición de la esclava que había adoptado Vika arrodillada, difiere de la posición de la mujer libre sólo por el lugar que ocupan las muñecas, apoyadas sobre los muslos, y cruzadas como si estuvieran sujetas por ligaduras. Las muñecas de una mujer libre nunca adoptan esa pose.
Por otra parte, la posición de la esclava de placer difiere de la posición de la mujer libre y de la esclava común. Las manos de una esclava de placer normalmente descansan sobre los muslos, pero creo que en ciertas ciudades, por ejemplo en Thentis, están cruzadas a la espalda. Lo más importante es pues que las manos de una mujer libre también pueden descansar sobre los muslos, pero hay cierta diferencia en la posición de las rodillas. En todas esas posiciones arrodilladas, incluso cuando se trata de la esclava de placer, la mujer goreana consigue sentirse cómoda; mantiene la espalda erguida y el mentón alto.

'Los Reyes Sacerdotes de Gor', John Norman

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